Al azar
Vivir con una intolerancia o una alergia alimentaria puede ser una gran molestia. Por eso es sorprendente la cantidad de personas que creen tener sensibilidad a ciertos alimentos -y alteran su vida en consecuencia- cuando en realidad nunca se hicieron una sola prueba para estar seguros de sus convicciones.
Algunas alergias alimentarias muy reales y potencialmente mortales parecen ir en aumento. Por ejemplo, un informe de 2010 en el que se comparan encuestas de EE.UU. encontró un aumento constante de las alergias a los cacahuetes y los frutos secos en los niños. Las razones de esta tendencia no están claras.
Las intolerancias alimentarias se producen en el sistema digestivo, donde, por diversas razones, el cuerpo no puede descomponer adecuadamente ciertos alimentos. Esto provoca síntomas como gases, hinchazón y diarrea. Algunos de los culpables más comunes son los azúcares, concretamente la lactosa, presente en los productos lácteos, y la fructosa, presente en la fruta, la miel, algunas verduras y en algunos refrescos y bebidas de frutas.
Una alergia alimentaria es una respuesta anormal a los alimentos desencadenada por el sistema inmunitario. A los pocos minutos u horas de entrar en contacto con una cantidad mínima de algo a lo que se es alérgico, las personas pueden experimentar síntomas en el tracto gastrointestinal (náuseas, vómitos, diarrea), en la piel (picor, hinchazón, urticaria) y en el sistema respiratorio (congestión, secreción o picor nasal; estornudos, tos o sibilancias). En algunos casos, un alérgeno -más a menudo los frutos secos- puede desencadenar una anafilaxia, una reacción grave que se produce rápidamente y que puede incluir hinchazón de la garganta, dificultad para respirar, mareos y pérdida de conocimiento. Sin un tratamiento inmediato -una inyección de epinefrina (adrenalina) y atención médica- puede ser mortal.
Una mujer encuentra una pared sospechosa y hueca en su casa. | Estuco
Esta prueba detecta aquellos alimentos a los que nuestro cuerpo reacciona produciendo anticuerpos de tipo IgG. Cuantos más anticuerpos produzca nuestro cuerpo, mayor será la intolerancia alimentaria, ya que el sistema inmunitario está reaccionando en exceso ante su presencia
Las intolerancias alimentarias se han relacionado con problemas digestivos (gases, diarrea, estreñimiento), sobrepeso, migrañas, artritis, retención de líquidos, hiperactividad, eczemas, picores, etc. Hipócrates, el padre de la Medicina, decía que «todas las enfermedades empezaban en el tracto digestivo», por lo que nuestra alimentación y tener el sistema digestivo en buen estado es fundamental para mantener una buena salud.
Realizamos un test de 100 o 200 alimentos y con los resultados obtenidos propondremos una dieta acorde a las necesidades nutricionales del paciente, evitando los alimentos a los que es intolerante y proponiendo alimentos alternativos a ellos. Este tratamiento se suele complementar con la ingesta de probióticos y tratamientos para fortalecer la pared intestinal.
Guerra intestinal: sulfuro de hidrógeno vs. butirato
También realizamos la prueba conocida como test del aliento. Esta prueba se realiza para identificar una bacteria, el Helicobacter pylori, responsable de más del 90% de las úlceras duodenales y hasta el 80% de las gástricas, una de las principales causas de la gastritis crónica. Esta prueba consiste en un paciente en ayunas que exhala en bolsas específicamente diseñadas.
Las intolerancias alimentarias también son patologías que aumentan cada año y por ello se realiza el test A200 que determina la presencia de anticuerpos IgG en más de 200 alimentos de nuestra dieta. Por otro lado, desarrollamos estudios genéticos que determinan si existe una hipersensibilidad al gluten. La sensibilidad al gluten es una enfermedad de reciente diagnóstico que puede afectar a más del 10% de la población española.
Test de intolerancia alimentaria
Los alimentos que son fuente de vida y placer, pueden convertirse para algunas personas en la causa de por qué pierden la salud. Esto ocurre cuando se producen reacciones adversas a los alimentos y más comúnmente pero inexactamente llamado intolerancias alimentarias.
Hablar de intolerancias alimentarias es muy general, por lo que debemos saber con un mínimo de precisión cuál es el mecanismo de esta reacción adversa. Se comentan las más populares, que no son las más importantes:
La padecen las personas que carecen de ciertas enzimas y, por tanto, no pueden digerir determinados alimentos. Se debe a la formación de anticuerpos contra las proteínas de ciertos alimentos, pero no del tipo E (típico de las alergias), sino en una primera etapa del tipo IgA y tras múltiples estímulos del tipo a la formación de IgG. Por ello, en muchos casos se utiliza el test de intolerancia alimentaria, que se basa en una extracción de sangre que permite analizar la reacción de los anticuerpos del paciente frente a más de 200 alimentos e identificar aquellos que provocan rechazo para eliminarlos de la dieta del paciente.