Medicina basada en el valor
Tanto si es usted un nuevo gestor de productos que está a punto de lanzar un producto o servicio, como si es un empresario que acaba de poner en marcha su empresa, o un líder empresarial que está reevaluando la dirección de su compañía, es crucial contar con la estrategia de precios adecuada para maximizar los beneficios.
Una estrategia de precios basada en el valor ofrece un camino práctico para su empresa. A continuación, examinamos en profundidad la fijación de precios basada en el valor, incluyendo una visión general del marco de la barra de valor y los diferentes componentes que la hacen tan eficaz.
La fijación de precios basada en el valor es un medio de fijación de precios en el que una empresa se basa principalmente en el valor percibido por sus clientes de los bienes o servicios que se venden -también conocido como la disposición a pagar de los clientes- para determinar el precio que cobrará. Dado que gira en torno a las prioridades de los clientes, a veces se denomina fijación de precios centrada en el cliente.
El marco de valores de la Harvard Business School ofrece una forma útil de visualizar los principios de la fijación de precios basada en el valor, así como las formas en que las empresas pueden maximizar los márgenes de beneficio al tiempo que crean más valor para sus clientes y proveedores.
Modelos de pago de atención basados en el valor
Los medicamentos de valor añadido contribuyen a satisfacer las necesidades insatisfechas de los pacientes. Los medicamentos de valor añadido son uno de los componentes clave de la personalización de la asistencia sanitaria. Al responder a las necesidades insatisfechas de los pacientes, representan un nuevo horizonte para aquellos que actualmente esperan una mejor calidad de vida con su tratamiento.
El Grupo de Medicamentos de Valor Añadido, un grupo sectorial de Medicamentos para Europa, tiene como objetivo repensar, reinventar y optimizar los medicamentos basados en moléculas conocidas, aportando innovaciones no aprovechadas para mejorar la prestación de la asistencia.
Problemas con la atención basada en el valor
En el ámbito de la sanidad, se acabaron los días en que todo seguía igual. En todo el mundo, todos los sistemas sanitarios se enfrentan a un aumento de los costes y a una calidad desigual, a pesar del duro trabajo de los médicos bien intencionados y formados. Los responsables de la sanidad y los responsables políticos han intentado innumerables soluciones graduales -atacar el fraude, reducir los errores, hacer cumplir las directrices prácticas, hacer que los pacientes sean mejores «consumidores», implantar la historia clínica electrónica-, pero ninguna ha tenido mucho impacto.
Ha llegado el momento de adoptar una estrategia fundamentalmente nueva. El núcleo es maximizar el valor para los pacientes, es decir, conseguir los mejores resultados al menor coste. Debemos dejar de lado un sistema de atención sanitaria basado en la oferta y organizado en torno a lo que hacen los médicos y pasar a un sistema centrado en el paciente y organizado en torno a lo que éste necesita. Debemos dejar de centrarnos en el volumen y la rentabilidad de los servicios prestados -visitas médicas, hospitalizaciones, procedimientos y pruebas- para centrarnos en los resultados obtenidos por los pacientes. Y debemos sustituir el sistema fragmentado actual, en el que cada proveedor local ofrece una gama completa de servicios, por un sistema en el que los servicios para determinadas condiciones médicas se concentren en organizaciones de prestación de servicios de salud y en los lugares adecuados para ofrecer una atención de alto valor.
Atención sanitaria basada en el valor
* La medicina humanista fue el tema de un seminario convocado por el Centro de Ideas y Sociedad de la Universidad de California – Riverside en 2001, donde presenté una versión de este artículo. No pretende ser exhaustivo, sino un punto de partida para el debate, la discusión y el desacuerdo sobre los valores importantes que sustentan la medicina.
El término «medicina humanista «* ha alcanzado cierta vigencia, especialmente en Norteamérica. En julio de 2002, una búsqueda de este término en Internet arrojó 1.260 «resultados». Pero, ¿por qué necesitamos este término? ¿Qué aporta a nuestra comprensión de la medicina que términos como «medicina basada en la evidencia» o «medicina basada en los cuidados» no consiguen? ¿Necesitamos un nuevo término?
Cuando se lanza un nuevo término, como medicina humanista, nos obliga a pensar en los antiguos términos que puede sustituir. ¿Por qué deberíamos replantearnos algo? La respuesta a esta pregunta es, por desgracia, demasiado clara. Los servicios sanitarios se encuentran en graves dificultades, y hay muchas cosas que suceden en la mayoría de las sociedades del Primer Mundo que deberían recordarnos la crisis. Entre ellas: